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Elkarrizketa / Entrevista... Igor Lezama: "El Bidegintza era una gran familia, un equipo con mucho sentimiento"

Equipo que consiguió el título de la Liga EBA hace 20 años


"Un club radicado en un pueblo de apenas 8.000 habitantes; debutante en la categoría; con un presupuesto que dista años luz del de cualquier otro equipo de la EBA; sin el americano de turno; con una Junta directiva de tan solo seis miembros; con un grupo humano que juega y entrena únicamente por amor al deporte y sin cobrar un duro; obligado a pegarse la gran paliza en autobús para desplazarse por falta de recursos; encuadrado en la Conferencia más exigente de la EBA". Así describía el periódico Enkartberriak la gesta protagonizada por la S.D. Bidegintza al proclamarse campeona de la Liga EBA hace ahora 20 años. Igor Lezama, el benjamín de aquel inolvidable equipo, rememora para Zalla Info una de las páginas más brillantes del baloncesto vasco.

¿Qué recuerdo guardas de aquella memorable hazaña deportiva?
Es muy complicado expresar lo que se siente al conseguir una proeza de tal calibre y más cuando has vivido el club de toda la vida. La temporada ya había sido un éxito, nadie antes de empezar la liga pensaba ni de lejos en tal gesta. Lo que no se me olvidará es el abrazo y los lloros con la gente de toda la vida del club como Ibón y su aita Javi, Gorka Marro y Tomás Marro o Carlos Coterón. Te acuerdas también de la gente que anteriormente ha estado en el club trabajando y jugando como Txetxu Jauregi y sus hijos (Andoni y Óscar), Javi Allende (Boni), Santos Aretxabala, Richard Coterón, José Miguel Aretxe-derra y su hijo Mikel, Javi Santisteban (Perti), Mª Esther e Isita Bermejo, Maribel Portillo, mi hermano Iker e Iker Artigas, Unai Sainz-Ezkerra, Kepa Lambarri, Javi López o José Larrinaga "El rápido"... Y mucha más gente que sería imposible nombrar, pero que han sido parte de la familia del club. Especial recuerdo a Gonzalo Bermejo que fue fundador junto a mi aita y Telletxea y con el que debuté en el primer equipo y, como no, a mi aita y mi ama con los que he vivido el club desde que nací.

¿Cuáles fueron las claves para que un equipo de pueblo como el Bidegintza lograra semejante proeza?
Posiblemente que éramos una gran familia y un equipo con mucho sentimiento en el que los más veteranos nos trataban de llevar por el buen camino. Sobre todo destacar al que pilotaba la "máquina de matar", Imanol Martínez, persona a la que posiblemente no se le reconocerá toda la capacidad y conocimiento baloncestístico al ser muy complicado en sus relaciones personales. Me tirará de la oreja al leerlo, pero como se lo he dicho más de una vez a la cara ¡no hay problema! Los jugadores más jóvenes, que éramos los que menos minutos disfrutábamos y los que más broncas nos comíamos, le hemos reconocido siempre como a un gran entrenador, así que creo que no hay mucho más que explicar.

La temporada 97-98 nos brindó la oportunidad de ver en acción en el polideportivo de Zalla a estrellas de la canasta como Pau Gasol o "La bomba" Navarro. Sin duda tiene que ser un orgullo proclamarse campeón de una competición en la que participaban jugadores de ese nivel…
En esa temporada y en la 98/99 pasa-ron gran parte de los jugadores que luego han ido apareciendo en los títulos de la selección española, lo que para el Bidegintza es un orgullo. Por la primera plantilla del club pasaron los referentes del basket vizcaíno (Xabi Madina, Los hermanos Iturbe, Miguel Blanco, Patrick Saenz de Ugarte, Batarrita, Gorka Castrillo…). Y lo más importante, que Bidegintza fue durante dos años el primer equipo vizcaíno y, gracias a ello, ha habido equipo en Miribilla en ACB, ya que en el momento de la renuncia la plaza pasó a manos del club Basket Bilbao Berri (el origen del actual Bilbao Basket) en unas condiciones en las que no se reconoció todo lo conseguido por Bidegintza.

El pasado 9 de junio los héroes de aquel equipo campeón os reunisteis en torno a una mesa para conmemorar la proeza conseguida hace 20 años. ¿Cómo vivisteis ese reencuentro tan especial?
Pues creo que fue un día muy especial dado que había gente que no nos habíamos visto en mucho tiempo. Yo tengo que reconocer que me emocioné porque te vienen muchos recuerdos y revives muchas situaciones de cuando aquello. Esa cita nos ha servido además para poner fecha para un nuevo encuentro en torno a una mesa, pero sin que pasen 20 años.

Imagen del reencuentro de parte de aquel equipo pasadas dos décadas



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